América Social Salesiana está en 18 países en América y servimos a más de 60.000 jóvenes
Cuenta con más de 200 programas que atienden jóvenes en alto riesgo y sus familias, existen:
• 34 programas que atienden a los chicos de la calle
• 14 programas que sirven a niños con necesidades especiales
• 6 centros que trabajan con jóvenes con consumo de sustancias psicoactivas – VIH SIDA
• 14 programas que sirven a migrantes
• 98 programas que ofrecen curriculum lúdicos
• 39 programas que están insertos en áreas populares.
• 23 centros de apoyo a la familia
• 15 centros que promueven el desarrollo de la mujer
Nos acercamos a la realidad de los movimientos migratorios en América y el trabajo que lleva a cabo la red América Social Salesiana. Desde nuestra visión europeo céntrica algunas veces nos cuesta mirar otras realidades migratorias este breve acercamiento, de boca de los propios migrantes, busca sensibilizar sobre esta situación y conocer un poco más del trabajo salesiano realizado en red en América.
América Social Salesiana se define como la Red Salesiana de Obras y Servicios Sociales para jóvenes en riesgo de la Región de Interamérica. Somos un equipo representativo de las Obras y Servicios Sociales de la Región Interamérica, con la finalidad de caminar juntos en la tarea de Educar y Evangelizar, con un mismo corazón, a la población en nuestros contextos en situación de Alto Riesgo. Se trata una red salesiana comprometida en el intercambio y proyección de experiencias y gestión de saberes, a través de la sistematización de buenas prácticas en la región, según los criterios de caracterización de la población en riesgo y las obras que presenta el Cuadro de Referencia de la Pastoral Juvenil Salesiana, por medio de la animación del equipo regional, con incidencia ante otras redes sociales y religiosas de la región y el mundo.
Por medio de la promoción, el acompañamiento pastoral psicosocial, el trabajo con las familias; ofrece una educación social integral en los contextos de pobreza, exclusión, vulneración y alto riesgo; a la luz del Evangelio, los Derechos Humanos y al Sistema Preventivo de Don Bosco como «Buenos Cristianos y Honrados Ciudadanos»
Para este número nos pusimos en contacto con esta red y les pedimos que nos ofrecieran algunos testimonios que pusieran de relieve la realidad en la que están trabajando con los procesos migratorios. En el tema de desplazamiento por conflictos, las inspectorías (nombre con el que se organiza la congregación salesiana) que más trabajan en ese aspecto son Colombia-Bogotá y Colombia-Medellín, de hecho hay dos hogares de acogida que trabajan específicamente con chicos y chicas que estuvieron en las filas de la guerrilla; el documental de «alto al fuego» que puedes encontrar en la página web de Misiones Salesianas habla sobre esta realidad. Muchos de los migrantes procedentes de Colombia, de los países de Centroamérica y de México, deciden migrar porque son víctimas de conflictos, ya sea por la guerrilla, pandillas, maras, conflicto por narcotráfico, etc. Aquí os dejamos algunos de estos testimonios.
Lina Marcela Moreno. Chile, 26 Años. Madre de familia.
Yo vivía en mi casa y marché para un fin de semana, cuando regresé habían entrado y se habían llevado todo, busqué ayuda de mi hermano, pero no me atendió y tuve que vivir en un parque. Me dediqué a vender ropa en un mercadillo, haciendo cosas por acá y por allá. No me daba para nada así que después de dos meses me vine a la Fundación. Me hicieron las entrevistas y nos quedamos mi hija y yo.
Para mi este proceso significó mucho, estuvimos cerca de dos años y medio viviendo acá. Mi hija y yo, fuimos de las primeras personas en vivir en este centro. El equipo nos apoyó mucho, nos recibieron muy cálidamente. Lo primero que hicieron fue recoger los datos, a partir de aquí se construyeron las redes: municipalidad, apoyo social, apoyo psicológico, educación, salud, ha sido muy beneficioso para nosotros. Ha sido un proceso muy largo por cuestiones migratorias.
Con mi paso por el centro no han cambiado mis objetivos vitales y metas, si ha cambiado la manera de pensar, de hacer las cosas. No tiene caso pensar en algo que ya pasó y lamentarme, ¿cómo pude haberlo hecho mejor?, porque no siempre se puede empezar de cero. Ahora soy más feliz, más decidida, más activa.
Agradezco a la fundación el apoyo, el techo, la comida, todo se lo agradezco, me ayudaron mucho, ya que ayudar a una persona de calle es un proceso largo, lento, pero al final es satisfactorio.
Josman Alexander Arteaga. Colombia, Casa de Acogida a Adolescentes y Jóvenes Venezolanos.
Mi vida antes de este proyecto era no hacer nada, estar en la calle, a veces trabajaba, pero nada bueno. Ahora estudio, practico básquet, el deporte que me gusta. En el futuro me veo estudiando y practicando deporte.
La situación en mi país es grave, no veo futuro allá, hay que trabajar bastante para poder tener un poco de comida que te alcanza solo para el desayuno o la cena.
Lo que me asusta es no tener un futuro más adelante. No ser nadie en la vida, andar por ahí sin nada. Me da esperanza, los estudios, que por medio de ellos tenga un futuro. También mi mamá que siempre me apoya, está conmigo y mi familia.
Como mensaje a los jóvenes les quiero decir que estudien, que sean alguien en la vida, que no anden por la calle cogiendo vicios, que se integren en algún deporte, que hagan algo y traten de ordenar su vida.
Marlon Pérez Colombia. Casa de Acogida a Adolescentes y Jóvenes Venezolanos
Mi vida antes de participar en este proyecto era estar por la calle, no estudiar, no hacer nada.
El proyecto me ayudó a estudiar, a jugar baloncesto, a ayudar a mi madre. Me veo estudiando o trabajando o siendo jugador de baloncesto profesional.
La situación en mi país está ruda, se trabaja un mes para comprar un pan o media docena de huevos. Allá no hay futuro. Me asusta, llegar a no ser nadie en la vida, no estudiar, no ser bueno. Me da esperanza mi madre y mis hermanos.
Le digo a los jóvenes de Bogotá que se reintegren en algo bueno, deporte, estudios, que no anden vagueando.
Yanfran Ugarte. Casa de Acogida a Adolescentes y Jóvenes Venezolanos – CAJOV. Bogotá, Colombia
Mi vida era trabajar con mi padre y ayudar a mi madre. Luego empecé a estudiar aquí. Ahora estudio para aprender más cosas, jugar a básquet, sacarme del barrio en el que estoy, sacarme de allí. De mayor me veo de jugador de básquet, ingeniero o trabajador de lo que sea.
En mi país con el presidente que hay no vamos a progresar. Me asusta perder a mi papá o mi mamá. Lo que me da esperanza es el estudio, el trabajo, el deporte. Como mensaje decirle a los jóvenes que se unan a Juan Bosco Obrero, al estudio, al deporte.
Melissa del Mar Amaiz Barrios. Colombia (Originaria de Venezuela). Madre de familia. Centro Familia Divino Niño Jesús.
A los 6 meses de llegar a Colombia empecé a participar en este proyecto. Me ofrecen apoyo espiritual, personal y ayuda de mercado para aumentar la calidad de vida acogiéndonos.
El futuro es una incertidumbre. Venir a Colombia fue una salida para mejorar, pero mi país va cada vez peor y allá están mis familias y no puedo decir dónde estaré en 10 años.
En mi país la comida está excesivamente cara. Para llevar la situación se fastidian unos a otros, las necesidades básicas están carísimas.
Me asusta dar una calidad de vida a mis hijos, que tengan una buena educación, un futuro mejor que el nuestro. Nosotros somos profesionales, con estudios, pero aquí no hemos podido trabajar de ello, como si no hubiésemos estudiado. No hemos podido validar nuestros estudios, es caro. Dejar un mejor futuro a los familiares y amigos.
La mayor esperanza es en Dios. Nos ha abierto muchas puertas como este proyecto, donde vemos que no estamos solos, vemos una luz en el túnel.
A otras comunidades salesianas les diría primero gracias por la ayuda recibida. Necesitamos que nos acojan, no es fácil ser inmigrante en un país desconocido. Les pido que ayuden a otras personas como a mí.
Brangely de los Angeles Paez Campos. Colombia. 22 Años. Oratorio – Centro Juvenil y Comunitario Don Bosco
Llegué a Colombia de Venezuela, para atender a mi niña con estudios y recreación. Los salesianos me ayudan en la alimentación de la niña, estudios, en todo.
En el futuro me veo en mi casa aquí o en Venezuela, pero con las necesidades de mis hijas cubiertas. Mi país está mal, pero tenemos fe en que se va a arreglar.
Me asusta que nos saquen de aquí ya que estamos sin papeles. También que les pueda faltar comida a mis hijas, cosa que no pasó hasta ahora. O los estudios. Que no podamos volver a Venezuela, que los inmigrantes que están en la calle no puedan volver, que mueran lejos de su casa.
Me da esperanza que el presidente renuncie. Que todos trabajemos en Colombia. Que podamos ir o la familia venir aquí.