El encuentro la mejor «herramienta» para la recuperación de violencias extremas

7 de abril de 2021
Ana Almarza Cuadrado. Directora Proyecto Esperanza-Adoratrices. LA PEDAGOGÍA DE Mª MICAELA, UN LEGADO QUE SIGUE VIVO Para entender la importancia de los equipos profesionales de los proyectos que llevamos a cabo las Adoratrices desde nuestra Misión Carismática hay que conocer el legado que nos dejó Mª Micaela, fundadora de la Congregación. Para ella las educadoras […]

Ana Almarza Cuadrado. Directora Proyecto Esperanza-Adoratrices.

LA PEDAGOGÍA DE Mª MICAELA, UN LEGADO QUE SIGUE VIVO

Para entender la importancia de los equipos profesionales de los proyectos que llevamos a cabo las Adoratrices desde nuestra Misión Carismática hay que conocer el legado que nos dejó Mª Micaela, fundadora de la Congregación. Para ella las educadoras y personas que entraban en relación con las mujeres acogidas en sus casas era muyimportante, llegó a decir que del trato y encuentro dependía mucho su recuperación.

Me parece importante dar una reseña de la Fundadora ya que marca el estilo de nuestros equipos. Mª Micaela Desmaisières y López de Dicastillo nació en Madrid en 1809. De familia noble, recibió cuidada y piadosa educación. Desde joven destaca su amor a la Eucaristía y su entrega generosa a quien la necesita. Esta actitud hacia las necesidades de las personas más desfavorecidas, especialmente a las mujeres, la lleva a visitar el hospital de San Juan de Dios, allí conoció las salas de enfermedades venéreas y descubrió el dolor que provoca la explotación, soledad y desconfianza que vivían muchas mujeres jóvenes que habían sufrido maltratos y engaños. Del encuentro personal con el dolor surgió su inspiración de abrir casas para acoger a las jóvenes a su salida del hospital y ayudarlas a rehacer su vida. En 1845 consiguió instalar, no sin dificultades por la problemática que quería abordar, su primera casa. Gestionada en sus inicios con la ayuda de una “Junta de Señoras” y una congregación de hermanas, pero no llegaba a ser lo que ella quería, sobre todo por el trato que se daba a las mujeres acogidas. En Pentecostés de
1847 vivió una experiencia que marcó en ella una nueva etapa, y progresivamente fue implicándose hasta que en 1850 asume la dirección y se queda a vivir con las mujeres Busca educadoras a las que ella misma forma y prepara para que formen equipo y favorezcan los procesos de liberación e inserción en la sociedad objetivo último de su Obra. Movida por el amor va a Valencia donde el cólera se estaba llevando la vida de jóvenes y hermanas; a pesar de tener el tratamiento que podía protegerla de la epidemia decidió administrársela a hermanas y jóvenes. El cólera terminó con su vida el 24 de agosto de 1865. Coherente hasta el
final de su vida.

En los más de 175 años siempre hemos querido ser fieles a la Misión de la Congregación: liberación, promoción e integración personal y social de las mujeres afectadas por diferentes formas de explotación. Los equipos mantenemos la cultura pedagógica que vamos actualizando en las reuniones y encuentros nacionales e internacionales para adaptarnos y dar respuestas a las nuevas necesidades. En los equipos existe un estilo propio en la forma de desarrollar los proyectos que nos hace sentir parte de un todo.

Hace años las responsables de la Acción Social pidieron a Mónica Gijón, profesora en la Facultad de Pedagogía de la UB, educadora social y voluntaria de uno de nuestros proyectos, hiciese el esfuerzo de sistematizar, de recoger el saber pedagógico de los equipos, la experiencia de las comunidades y de las mujeres atendidas. De este trabajo surgió “Pedagogía Adoratriz. Una experiencia de amor, liberación y encuentro” que está ayudado a los equipos a analizar y confrontar nuestra forma de hacer.

Amor, liberación, encuentro

Nuestra pedagogía está forjada por la experiencia carismática de Mª Micaela. Mantenemos un estilo vivo y dinámico fraguado en el engranaje de la vida cotidiana entre educadoras y mujeres acogidas en las casas, y el encuentro con el resto de profesionales en los centros de servicios. Nuestra línea común está basada en formar equipos con profesionalidad y mística entrelazando la experiencia del encuentro, el aprendizaje con las mujeres y los aportes de las nuevas teorías.

En los equipos cuidamos un estilo apoyado en tres pilares que Mª Micaela encarnó en su modo de vivir, y desarrolló en su forma de hacer: “Amor, Liberación y Encuentro”. Nuestra finalidad en el acompañamiento es facilitar que las mujeres logren sus objetivos desde la elaboración de su Plan Personal en el que abordan y dimensionan sus ámbitos personales, familiares, sociales y laborales adaptándolos según los avances y las oportunidades que van descubriendo para favorecer no sólo su recuperación física y emocional, sino también su integración social como ciudadanas de pleno derecho, teniendo como marco referencial la Declaración Internacional de los Derechos Humanos.

La tarea pedagógica está orientada a la transformación integral desde nuestros principios, condiciones y creencias, que favorecen el cambio, el logro de los aprendizajes, situando a las mujeres en el centro de la intervención, no sólo como víctimas de un delito, sino también, y sobre todo, como supervivientes, fuertes y resilientes. Haciendo frente a sus necesidades, a sus capacidades y potencialidades. Sus historias de vida y superación nos enseñan que no responden a perfiles, sino que cada mujer tiene su identidad, personalidad y proyección de futuro, y que cuenta con la
fuerza que necesita para superar el momento de dolor, sufrimiento y trauma por el que está pasando. Uno de nuestros grandes logros es ver a mujeres formando parte de nuestro equipo como contratadas y voluntarias, y en algunos casos amigas. Nuestra relación no termina con la
intervención.

Hay tres cualidades que motivaron y movieron a Mª Micaela y que me estimulan, y procuro transmitir al equipo:

Indignación comprometida

Mª Micaela descubrió la injusticia, pobreza y explotación de su tiempo, y se encontró con el dolor y sufrimiento de las mujeres. Estos encuentros fueron un motor en su vida e hicieron que pusiera en marcha su Misión. Esta característica sigue viva en el proyecto, una indignación y sensibilidad hacia la injusticia y un compromiso activo por la recuperación de las mujeres y la vivencia de los derechos.

Comprensión apasionada

Mª Micaela descubría y trataba a cada mujer como un ser único y se posicionaba a su favor gracias a una comprensión apasionada. Consciente del estigma de la prostitución y la pobreza luchó contra las etiquetas y resistencias en medio de un montón de dificultades. Esta herencia nos lleva, por un lado, a acompañar desde la cercanía y proximidad, desde la comprensión de sus historias acogiendo a cada mujer cómo única; y por otro, nos hace diseñar la formación, sensibilización y una incidencia política y social para denunciar las injusticias y defender los derechos de las mujeres.

Amor exigente

Mª Micaela insistía en el cuidado de los detalles e impulsaba una convivencia que favoreciera la recuperación y bienestar. Fomentaba una actitud cercana, acogedora y cálida con las mujeres, con un trato comprensible ante sus dudas e incertidumbres. Promovió el ahorro para que a su salida pudieran hacer frente a los gastos y seguir su proceso. Impulsa la libertad de las mujeres para el desarrollo de su proyecto. En nuestro proyecto hacemos lo posible por ser fieles a estas actitudes que favorecen los procesos de liberación de cada una de las mujeres y las pone en el centro de nuestros objetivos.

El equipo de Proyecto Esperanza Adoratrices

Proyecto Esperanza está orientado a acoger y acompañar a mujeres supervivientes de la trata con fines de explotación. El equipo lo formamos la comunidad de hermanas, personas contratadas y voluntarias; y cada vez más, mujeres que han superado las etapas del proceso.

La intervención, como he intentado compartir, la proyectamos desde el legado de Mª Micaela. Es importante que las mujeres estén de forma voluntaria y sean las protagonistas de sus procesos como adultas y responsables en la toma sus decisiones y elaboración de su proyecto. Como equipo tenemos en cuenta:

  • El poder transformador de Dios en la vida de cada una de las mujeres, respetando las distintas religiones, manifestaciones y vivencias religiosas.
  • Generar un ambiente afable y positivo en el que se encuentren seguras, acogidas, respetadas, queridas, y puedan, a su ritmo, ir consiguiendo sus objetivos, cada una necesita un tiempo para iniciar de forma serena su proceso de recuperación y sanación. Durante el tiempo que ellas quieran y necesiten.
  • Amor en la cotidianidad, en la proximidad.
  • Creer en las mujeres y en su capacidad de cambio, fortaleza y resiliencia.
  • Respeto a su libertad, a su historia, a su vida pasada. No juzgar.
  • Acompañamiento individualizado y personalizado, cada mujer es única, distinta.
  • Observación directa tanto a su expresión verbal como no verbal.
  • Compromiso y organización tanto del equipo como de las mujeres.
  • Ofrecer alternativas y propuestas que apoyen sus procesos.
  • Favorecer la formación cultural y trabajo teniendo en cuenta sus aptitudes, capacidades y preferencias.
  • Testimonio de vida y cercanía en el trato, en la creación positiva de vínculos, sin crear falsas expectativas.
  • Prestar atención a la especificidad de cada grupo teniendo en cuenta las distintas culturas, edades, intereses y forma de relacionarse tanto entre ellas como con el equipo.

Hemos ido articulando espacios de encuentro y coordinación que nos favorecen la marcha:

  • Reuniones semanales de Dirección Coordinación para valorar la marcha del proyecto en las tres áreas: gestión; sensibilización, formación e incidencia, e intervención directa
  • Reuniones semanales departamentales e interdepartamentales para valorar procesos de las mujeres, abordar temas que favorecen la intervención, descubrir nuevas necesidades…
  • Asambleas quincenales con las mujeres para afrontar situaciones y consensuar mejoras.
  • Reuniones generales de las tres áreas para diseñar y evaluar las prioridades anuales.
  • Reuniones con el voluntariado.

Me detengo en los que hemos puesto en marcha en los últimos años y nos están ayudando a fortalecernos como equipo para una mejor intervención.

SUPERVISIÓN DEL EQUIPO

Consideramos necesario construir un equipo comprometido y fidelizado. De ahí que un eje fundamental sea el cuidado de las personas que interactúamos con las mujeres. Hemos incorporado un sistema de supervisión externa organizada a distintos niveles, el equipo técnico, por un lado y el equipo de Dirección y Coordinación por otro, con sesiones conjuntas. Buscamos estar bien, ser un equipo sano, positivo y seguir creciendo y madurando en lo personal y laboral. Analizamos nuestra
intervención y como nos afecta el dolor de las mujeres y las relaciones interpersonales. Esta mirada externa, el feedback del profesional y el compartir de las profesionales nos ayuda a generar dinámicas de auto-cuidado, cuidado de equipo y un mejor acompañamiento a las mujeres.

ENTRENAMIENTO EN EL CULTIVO DE LA COMPASIÓN (ECC)

Hace dos años se nos invitó a experimentar el ECC, un programa diseñado para desarrollar las cualidades de compasión, empatía y amor personal hacia los y las demás, que integra prácticas contemplativas tradicionales con psicología contemporánea e investigación científica sobre la compasión. Nos pareció una propuesta muy interesante y organizamos un curso de 8 semanas en el que participamos, profesionales, mujeres destinatarias y voluntarias.

El objetivo del Cultivo de la Compasión es desarrollar herramientas, habilidades y destrezas para la prevención de enfermedades asociadas a trabajar de manera permanente con mujeres que han sufrido violencia extrema como Burn out y/o desgaste por empatía, ya que en el proyecto estamos expuestas a la violencia a través de la narrativa de las historias de las mujeres. A lo largo de las sesiones descubrimos la compasión, como el conectarnos con el sufrimiento propio y el ajeno unido a la motivación sincera de intentar aliviarlo. Resultó una experiencia muy positiva y gratificante. Nos está ayudando a generar un ambiente de trabajo basado en la compasión y la empatía mutua, no sólo frente a las mujeres, sino también entre profesionales, algo fundamental para sentirse apoyada y acompañada frente a tan elevado nivel de violencia. La Doctora en psicología, Silvia Fernández, parte del equipo de Nirakara —Instituto de Investigación y Ciencias Cognitiva— nos ha seguido ofreciendo talleres sobre Mindfulness y compasión online con el objetivo de seguir sosteniendo y asistiendo el sufrimiento propio y ajeno en esta crisis de la COVID-19.

SISTEMA DE PROTECCIÓN INTERNA

Hemos iniciado junto con otros proyectos un Sistema de Protección Interna con el ánimo de garantizar y seguir construyendo entornos positivos y protectores tanto para las mujeres como para el equipo de profesionales y el voluntariado. Con el fin de:

  • Propiciar espacios seguros en el que las personas que participan en el proyecto se desarrollen y sigan creciendo.
  • Dar respuesta a las necesidades reales de las personas que participan, asumiendo la atención a la diversidad en todas sus dimensiones.
  • Concienciarnos del compromiso con la protección real y el cuidado mutuo.
  • Garantizar los derechos de todas las personas del proyecto.
  • Prevenir y actuar ante cualquier situación real o potencial que pueda suponer un riesgo para la integridad física, psicológica, emocional o social de cualquier persona.
  • Generar momentos para evaluar y actualizar riesgos internos y externos, y diseñar medidas de prevención, erradicación, neutralización y/o reducción de los mismos.
  • Construir espacios de buen trato que potencia la dignidad de las personas y el empoderamiento.
  • Promover de forma proactiva estrategias de prevención y cuidado con la implicación y participación de la comunidad, los equipos de profesionales y voluntariado y las mujeres.

Os animamos a conocer diferentes testimonios del trabajo realizado en nuestra web: https://www.proyectoesperanza.org/ellas/testimonios/

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