Viviendo online

10 de agosto de 2017
Estefanía González García. Educadora de la Fundación JuanSoñador. León Durante los últimos años las nuevas tecnologías han crecido y se han desarrollado siendo cada vez más populares en los diferentes ámbitos de la vida. Son medios que ofrecen miles de posibilidades en cuanto a educación, formación, ocio e información. A partir de este avance en […]

Estefanía González García. Educadora de la Fundación JuanSoñador. León

Durante los últimos años las nuevas tecnologías han crecido y se han desarrollado siendo cada vez más populares en los diferentes ámbitos de la vida. Son medios que ofrecen miles de posibilidades en cuanto a educación, formación, ocio e información. A partir de este avance en las nuevas tecnologías y medios de comunicación, se han creado multitud de plataformas y redes sociales que llegan a ser grandes bombas de relojería, difíciles, y en muchas ocasiones, imposibles de controlar. Los más vulnerables en su uso son los jóvenes. Además, se empiezan a utilizar desde edades muy tempranas sustituyendo juguetes que promueven la imaginación y creatividad, por tablets y móviles que en abuso, obstruyen los pensamientos y el razonamiento. A veces cuesta diferenciar entre la vida real y la virtual…

¿Qué es para ellos una red social?, ¿Cuántas conocen y cuántas utilizan?, ¿Qué aspectos positivos y negativos tienen?, ¿Cuánto llegan a exponerse en este mundo virtual? En primera persona, son adolescentes de 16 a 18 años los que nos hablan de su mundo virtual…

“Una red social es como una comunidad de muchas personas y la finalidad que tiene es interactuar unas con otras. Es el mundo de los jóvenes: donde nos podemos comunicar, donde nos enteramos de otras vidas… de gente de nuestra edad y de muchas personas adultas; porque las madres siempre nos están diciendo que dejemos las redes sociales, que salgamos a la calle, que dejemos el móvil… pero claro, ¿ellas no están conectadas las veinticuatro horas del día como nosotros y nosotras?

Conocemos; Instagram, Twitter, Facebook, YouTube, SnapChat… muchas, como veinte o así, pero que utilicemos a diario: Instagram, Facebook, Twitter, el WhatsApp, el YouTube y ya está. Son pocas, bueno, son las justas, porque el Twitter lo utilizas para mandar indirectas, mandas una frasecita y la gente que te sigue dice… ¿Irá por mí? El Instagram es para cotillear, para ver si eres guapa o eres fea. El Facebook es para mirar vídeos si te aburres y además, si te quedas sin móvil, tienes opción de hablar a través de ahí con la gente. Y el YouTube para ver videos también.

Las redes sociales tienen muchas cosas positivas porque conoces a gente, no te aburres, si te castigan sin salir puedes seguir estando al lío de todo. Nos dicen que estamos conectados al móvil siempre, pero es que claro… sino ¿qué hacemos?… Porque, si no nos dejan salir, ¿nos ponemos a leer un libro? y ¿hablamos con el libro…?

En positivo también puedes conseguir trabajo o llegar a ser popular, pero uno de los aspectos negativos de las redes es que te comes mucho la cabeza. Si discutes con una persona se monta un barullo increíble y lo ve todo el mundo. También puedes caer en estafas, encontrarte con violadores, pederastas y todo tipo de persona no grata. Algunas veces perdemos tiempo de nuestra vida en ellas, dejas un poco apartada a la familia, pero bueno, yo… no. Hay personas que sabemos utilizarlo.

Es verdad que en ocasiones nos exponemos mucho, pero no es un problema cuando tienes cuidado de hacerlo por privado. Nos gusta subir fotos nuestras, aunque no es todo lo que hacemos cada rato a veces creo que en ellas ponemos mucha información de nuestra vida que pueden utilizar en cualquier momento para cualquier cosa. Al registrarnos en una página damos todo tipo de información, ponemos nuestros datos… No nos importa la vida de los demás, aunque bueno a veces sí, depende de la persona que sea…

Por ejemplo, en mi caso, las fotos las subo más tarde porque tengo miedo, no quiero que nadie sepa dónde estoy en el momento y subo las fotos unos días más tarde. Me gusta que la gente vea que me lo paso bien cada vez que subo una foto. Sé de los peligros. pero bueno, aun así intento reducirlo lo mínimo para que no pase nada. Cada dos por tres hay malos entendidos porque la gente se da por aludida y eso, pues, es una movida.

Es guay eso de hacer los videos en directo, porque si te aburres te haces un directo, te habla la gente, ves lo que hace esa persona, hablas con ella… es divertido y está bien. La gente que no utiliza bien eso, no tiene cabeza y lo de los problemas o delitos que hay es porque no saben hacer buen uso de ello.

Lo de los seguidores a nosotras no nos importa, pero hay gente que se descarga aplicaciones en las que tienes que estar dando likes a todas las fotos para conseguir créditos y con esos créditos consigues seguidores y “me gustas”, cuantos más tengas eres más popular. Por ejemplo, si eres una chica fea pero tienes muchos seguidores ya eres guay, pero si eres una chica guapa y tienes muy pocos seguidores eres falsa o no eres tú, no tienes amigos. Me parece que esto no está bien, pero es así.

Creo que de las 24 horas del día podemos pasar utilizando el móvil y en redes sociales…alrededor de unas 10 horas”.

Es impresionante la confusión que existe y el peligro aparente al oír hablar a los adolescentes sobre el mundo de las redes sociales. No tienen claro el concepto de red social y exponen sus vidas excesivamente. Me han llamado la atención testimonios en los que se manifiesta que si no fuera por la existencia de las redes sociales, no existiría ningún tipo de actividad u ocio alternativo. La distorsión de la realidad y el creer que por no sobrepasar los límites se está haciendo un buen uso de ellas, es muy preocupante y común entre los adolescentes. Además, es llamativo ver cómo a pesar del conocimiento de los peligros existentes a través de las redes sociales, la exposición en ellas y su uso es cada vez mayor. Una manera de reducir su abuso y evitar peligros y conflictos, es mostrar alternativas educativas y de ocio y hacer consciente a los adolescentes de los verdaderos riesgos que existen más allá de la visión de una simple foto o un intercambio de palabras. Aunque sea una tarea difícil, ya que vivimos en una sociedad cambiante y cada vez más informatizada, es posible.

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