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Una familia que acoge: la historia de la familia Quintero Liñán

17 de septiembre de 2025
La familia Quintero Liñán comparte su experiencia de acogimiento permanente y cómo el amor y la unión construyen hogar y futuro.

“Somos la familia Quintero Liñán. Primero estábamos Olga y Nelson, luego llegaron Marco y Samuel, nuestros dos hijos biológicos y desde hace dos años vive con nosotros Atenea, nuestra hija de acogida permanente. Somos una familia intercultural, numerosa y diversa. Nos gusta el deporte, viajar y que la casa esté llena de familiares y amistades!!!”

  • ¿Por qué os sentisteis vocacionados a construir este tipo de familia?

Desde hace varios años conocemos y mantenemos relación con familias amigas que han sido familias de acogida y/o familias adoptivas. Además, por mi trabajo, he tenido mucho contacto y conocimiento de la realidad que viven los menores que, por diferentes circunstancias, han entrado a formar parte del sistema de protección.

  •  ¿Cómo influye en la vida cotidiana y en la dinámica familiar cuando repentinamente la familia tiene un miembro más?

Ha influido en todos los aspectos de nuestra vida. Desde lo más general, a nivel administrativo, a nivel social, a nivel de familia extensa, de familia nuclear —ahora somos familia numerosa—, en el colegio, en el barrio…hasta lo más particular, ahora hay una cama más, un plato más en la mesa, menos espacio en los armarios, en el coche, una taza más de cola-cao…  Ahora hay una nueva persona, con sus gustos, sus cualidades, necesidades y defectos…así que, en la convivencia también influye muchísimo. Antes había que decidir el sabor de las pizzas y la peli de los viernes entre cuatro, ahora entre cinco…

  •  ¿Cuáles son las claves que definen vuestra nueva realidad familiar, aquellos aspectos más gratificantes y desafiantes de ser una familia adoptiva/ acogedora?

En medio de la vorágine del día a día, no nos paramos a pensar en lo gratificante de ser padres en general y padres de acogida en particular. Es más frecuente que nos hagamos conscientes de los continuos desafíos —que con tres hijos son continuos—, a los que procuramos ir dando respuesta según se van presentando.  Cuando paramos, a veces al final del día, otras al final de la semana, del trimestre o del año, es cuando nos damos cuenta de lo gratificante que resulta verlos crecer, aprender, relacionarse, ser independientes, madurar, etc. Es gratificante ver que avanzan en sus aprendizajes y consiguen dar pasos a pesar de sus necesidades educativas; cuando los invitan a cumpleaños a los suyos vienen muchos compañeros y compañeras de clase; verlos disfrutar y avanzar en sus actividades extraescolares… En definitiva, la mayor satisfacción es ver que evolucionan como cualquier niño o niña de su edad y contexto. Los desafíos son, consecuentemente, diversos y constantes. Y nos ayudan a darnos cuenta que seguimos siendo una sociedad “normativa” a la que le cuesta atender a la diversidad. En ese sentido, los mayores retos y desafíos los tenemos en el ámbito educativo, en el que todas las diversidades, entre ellas la diversidad familiar, están representadas. 

La clave, para nosotros, es estar unidos, empezando por la pareja, procurando que cada miembro de la familia se sienta querido, valorado y acompañado, desde la experiencia y no solo desde la palabra.

  •  Entonces, la adopción/ acogimiento familiar, ¿tiene un impacto positivo en la comunidad?

Sin duda alguna, como sociedad, que no haya ningún niño sin familia es un reto, una inversión y una ganancia a corto, medio y largo plazo. No se crece igual y no se aprende lo mismo en un centro de menores, sea el que sea, que en una familia cuidadora. Desde un punto de vista biológico, adaptativo y evolutivo, esto que llamamos acogimiento y adopción son respuestas naturales. Son muchas las especies en las que las crías están al cuidado de todo el grupo. De igual forma, en muchas familias se cuentan historias en las que unas familias cuidaron de los hijos de otras cuando los adultos faltaron por fallecimiento, migración o abandonos. 

Además de para los críos acogidos o adoptados, también existen beneficios para las personas acogedoras y para el resto de la comunidad. Empezando por la visibilización, el conocimiento y la experiencia. 

  •  ¿Creéis que vuestro modelo de familia goza de la visibilidad y el reconocimiento que merece?

Si es una pregunta que solo tiene dos opciones, la respuesta es: no. Sin embargo, poco a poco, se va conociendo más esta realidad, gracias al trabajo que hacen las asociaciones, como AFAM, y las propias familias. Muchas personas desconocen la existencia del acogimiento y cuando nos conocen y se lo explicamos, agradecen conocerlo y entenderlo. Muchas otras, con el paso de los meses y los años, se plantean diversas posibilidades de ayudar, incluso de acoger… 

Para conseguir el objetivo de que no haya ningún niño en un centro de menores, queda mucho camino.

  •  Después de hablar de vuestra experiencia, ¿animaríais a otras personas a ser familias adoptivas/acogedoras?

Los animamos a que se informen, pregunten y se den permiso de preguntarse por esta posibilidad. No todas las familias tenemos que ser acogedoras, de la misma forma que no todos los creyentes tienen que irse de misiones. Sin embargo, todos somos acogedores y misioneros en potencia. Para averiguarlo, hace falta planteárselo y abrir la puerta. Muchas familias se quedan por el camino, porque descubren que no es el momento, que no se sienten preparados o que prefieren otras formas de ayuda. 

  •  ¿Qué recomendaciones darías a otras personas que están considerando la adopción o el acogimiento?

Que hagan el camino, que empieza con la primera entrevista y con la acción formativa, de una forma consciente y lo más tranquila posible. 

Que aprovechen las preguntas, los test, las sesiones de formación, para conocerse mejor, a nivel individual, como pareja y como familia. 

Que hablen con las personas que mejor los conocen, con sus amigos y familiares, para compartir sus inquietudes y para escuchar sus puntos de vista.

Que hablen con otras familias acogedoras —con más de una— y pregunten por los pros y por los contras.

Que, una vez que tomen la decisión, elijan confiar y vivir el día a día, sin mirar mucho al futuro y sin pensar en el pasado.

Que busquen un grupo de familias acogedoras al que puedan acudir y donde puedan compartir con otras personas que los van a entender a la perfección…

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