Seleccionar página

Cuidar cuesta: el precio invisible de criar en España

13 de agosto de 2025
El informe de Save the Children revela que criar cuesta 758€ al mes por hijo y urge medidas para frenar la pobreza infantil en España.

El texto se basa en el informe El coste de la crianza en 2024, elaborado por Save the Children España (noviembre 2024):

Comunicación CEPSS

 

Cuidar cuesta: el precio invisible de criar en España

Hay cifras que duelen porque nos obligan a mirar de frente. El 34,5% de los niños, niñas y adolescentes en España viven en riesgo de pobreza o exclusión social. Criar se ha convertido en un lujo para muchas familias. ¿Qué implica realmente traer al mundo a un hijo o hija cuando la vida se encarece y los apoyos flaquean?

Save the Children, en su reciente informe El coste de la crianza en 2024, pone números al vértigo cotidiano de millones de familias. El dato que lo resume todo: 758 euros al mes por hijo o hija. Un 13% más que hace apenas dos años. Un 29% más que en 2018. Una subida por encima de la inflación general. La crianza sufre una inflación específica que golpea sin tregua a quienes más cuidados sostienen.

Y eso no es todo: 1 de cada 2 familias destina más de la mitad de sus ingresos solo a cubrir los costes de crianza. Y entre las más vulnerables, casi 900.000 hogares directamente no pueden asumirlos, ni destinando todos sus recursos. En ese contexto, ¿cómo no hablar de pobreza infantil estructural?

Lo que cuesta criar

La crianza no solo cuesta dinero. Cuesta salud mental, cuesta conciliación imposible, cuesta trayectorias laborales truncadas. Pero si hablamos de euros, Save the Children los ha repartido en doce partidas concretas: alimentación, vivienda, suministros del hogar, ropa, educación, sanidad, conciliación, entre otras.

Las más caras son las más básicas: alimentación (147€/mes) y vivienda (92€/mes). Dos necesidades universales que se convierten en obstáculos cuando el ingreso no alcanza. En los hogares con rentas medias-bajas, esas partidas engullen la mayoría de los recursos. ¿Y qué queda para el resto? Para gafas, para dentista, para libros, para ocio, para afecto sin ansiedad.

En palabras del informe: “Criar es caro, lo que potencialmente influye en la propia decisión de tener un hijo o una hija”. Y la consecuencia está servida: España es el país con la tasa de natalidad más baja de Europa, con apenas 1,16 hijos por mujer. La brecha entre el deseo y la posibilidad de ser madre o padre crece. No por falta de amor, sino por exceso de obstáculos.

Donde más duele: los años que más cuestan

El coste varía según la edad. Criar a un niño o niña entre 0 y 3 años cuesta 604€/mes. Pero entre los 7 y los 12, el coste sube a 812€. Y en la adolescencia apenas baja: 807€. Justo en esas etapas donde las necesidades emocionales y materiales se intensifican, el sistema de apoyo mengua.

A eso se suma el impacto territorial: no es lo mismo criar en Catalunya (938€/mes) que en Andalucía (722€/mes). Madrid y Euskadi también superan ampliamente la media estatal. Los precios de la vivienda y el coste de los comedores escolares son determinantes. Es decir: en algunos lugares, criar cuesta hasta un 30% más. ¿Es justo que la infancia valga más o menos según el código postal?

Políticas que no llegan (o que llegan tarde)

Aunque se han implementado medidas como el Ingreso Mínimo Vital (IMV) o el Complemento de Ayuda para la Infancia (CAPI), el apoyo real sigue siendo insuficiente. Las ayudas contributivas o fiscales no alcanzan a quienes más las necesitan. Y las ayudas focalizadas, como el IMV, no logran llegar a todas las familias elegibles: por desconocimiento, por burocracia, por estigma.

Según Save the Children, la inversión pública en familia e infancia en España apenas alcanza el 1,5% del PIB, frente a una media europea del 2,4%. Estamos muy lejos. Y mientras tanto, seguimos heredando pobreza: la infancia que crece en precariedad tiende a reproducirla. Salarios más bajos, peores condiciones de salud, más exclusión.

Por eso, el informe propone tres líneas de actuación claras y urgentes:

  1. Prestación universal por crianza: para que todos los niños y niñas, sin distinción, reciban un apoyo económico directo y sostenido.

  2. Revalorización del CAPI, especialmente en las franjas más costosas (como la adolescencia).

  3. Vincular las prestaciones a un índice del coste de la crianza, no al IPC general, para que las ayudas se actualicen en función de las verdaderas necesidades.

Criar no debería empobrecer

Este artículo no quiere ser solo un espejo de lo que duele. Quiere ser también una llamada. Una invitación a mirar la crianza como una tarea colectiva. Como una corresponsabilidad social. Como una inversión con retorno garantizado: menos desigualdad, más cohesión, más futuro.

Desde las Plataformas Sociales Salesianas, donde día a día acompañamos a cientos de familias en situación de vulnerabilidad, lo sabemos bien: cuando el Estado, la comunidad y los recursos se alinean, el horizonte cambia. Criar con dignidad debería ser un derecho, no un privilegio.

Porque la familia –en todas sus formas– no es solo un lugar donde se nace. Es donde se aprende a vivir. Y nadie debería tener que elegir entre criar y llegar a fin de mes.

TE PUEDE INTERESAR