El Voluntariado en las Plataformas Sociales Salesianas: Retos y oportunidades en tiempos nuevos
El voluntariado ha sido históricamente un pilar fundamental en las entidades salesianas, una pieza clave que se remonta a los orígenes mismos de la obra de Don Bosco. Sin embargo, en la actualidad, este voluntariado enfrenta desafíos y oportunidades que requieren una profunda reflexión y una adaptación a los nuevos tiempos. Este artículo analiza el estado actual del voluntariado en las entidades sociales salesianas, los retos que debemos abordar y las estrategias para atraer a más jóvenes a participar en esta acción solidaria.
El Voluntariado Salesiano: Una Visión Clásica en Evolución
La visión clásica del voluntariado en las entidades salesianas ha sido la de un apoyo a las actividades, muchas de las cuales comenzaron su labor al lado de una parroquia o centro juvenil. En los inicios de estas obras, el voluntariado era una labor casi exclusivamente altruista, basada en la cercanía y el compromiso personal. Sin embargo, con el tiempo, la profesionalización del trabajo social y la creciente complejidad de las necesidades sociales han llevado a que el voluntariado conviva con personal contratado, lo que ha generado cambios significativos en su rol y percepción.
Tras la pandemia de COVID-19, el número de personas voluntarias en las entidades salesianas disminuyó considerablemente, y aunque nos estamos recuperando, lo hacemos en un contexto nuevo y desafiante. Las entidades salesianas presentan una diversidad de realidades en cuanto al voluntariado: algunas cuentan con programas consolidados y estructurados, mientras que otras enfrentan dificultades para su gestión e integración.
Cambios en las Tendencias del Voluntariado
Según el Barómetro del Tercer Sector, se ha producido un aumento significativo del voluntariado en los últimos años, especialmente en su modalidad ocasional. Este incremento está motivado por el aumento de las necesidades sociales que se hicieron evidentes durante la pandemia. Actualmente, el 40% del voluntariado total está compuesto por personas que colaboran de manera ocasional, lo que representa un aumento de casi diez puntos porcentuales con respecto a datos anteriores.
En cuanto a la edad de los voluntarios, el 34,4% pertenece al grupo de 35 a 54 años, y el 18,9% al grupo de 55 a 64 años. Los jóvenes menores de 35 años representan el 32,7% del total. Estos datos reflejan una oportunidad para las entidades salesianas, ya que muestran un interés creciente por parte de los jóvenes en participar en acciones solidarias, aunque aún queda mucho por hacer para consolidar su compromiso a largo plazo.
Avances en la Organización del Voluntariado
En los últimos años, se ha detectado un gran avance en la organización del voluntariado en las entidades sociales salesianas. Muchas de ellas cuentan con planes de voluntariado actualizados y procesos de selección, capacitación y formación bien establecidos, con especial atención a la protección de la infancia. Las personas voluntarias son esenciales para el buen desarrollo de las actividades y del trabajo en clave salesiana en las realidades de España.
Dentro de las plataformas sociales, los proyectos de la tarde, dedicados principalmente al trabajo con niños y niñas, tienden a tener más voluntarios que los proyectos de la mañana, más específicos en la búsqueda de empleo, talleres y otras atenciones. Sin embargo, el hecho de que muchas plataformas no tengan actividades los fines de semana limita la participación de voluntarios en ese periodo. En el caso de los proyectos de alfabetización, principalmente para personas migrantes, la presencia de voluntarios es casi exclusiva, lo que contrasta con otros proyectos donde conviven voluntarios y profesionales.
Hemos detectado un gran avance en el trabajo de organización del voluntariado en las entidades sociales salesianas. Muchas de ellas cuentan con un plan de voluntariado integrado y actualizado, así como con procesos de selección, capacitación y formación bien establecidos, prestando especial atención a la protección de la infancia. Las personas voluntarias son esenciales para el buen desarrollo de las actividades y del trabajo en clave salesiana en las realidades de España.
Retos del Voluntariado en las Entidades Salesianas
Uno de los principales desafíos que enfrentan las entidades salesianas es la convivencia entre voluntarios y profesionales. Existe una percepción, en algunos casos, de que los voluntarios pueden «quitar» puestos de trabajo, lo que genera tensiones en los equipos educativos. Además, se requiere un acompañamiento constante del voluntariado, lo que puede ser visto como una pérdida de tiempo por parte de los profesionales.
Otro reto importante es la captación y retención de voluntarios, especialmente entre los jóvenes. Es necesario diseñar estrategias que respondan a las necesidades y motivaciones de los nuevos perfiles de voluntarios, así como mejorar la gestión de datos para optimizar los sistemas de recogida y análisis de información.
Para atraer a más jóvenes al voluntariado, es necesario diseñar campañas de captación que den a conocer las oportunidades de participación en las entidades salesianas. Estas campañas deben ser creativas y utilizar herramientas digitales que permitan llegar a un público más amplio. Además, es importante ofrecer experiencias de voluntariado que sean significativas y transformadoras, que permitan a los jóvenes sentirse protagonistas de su acción solidaria.
Hacia un Nuevo Modelo de Voluntariado Salesiano Social
Para abordar estos retos, es fundamental elaborar un nuevo plan de voluntariado que contemple de manera integral y pastoral el paso de una acción voluntaria a un reto pastoral. Este plan debe ofrecer y acompañar opciones vocacionales de acción social en cada territorio, vinculando el voluntariado al plan de pastoral y a la pastoral juvenil, este es uno de los grandes retos para los próximos años.
Desde hace algún tiempo, el voluntariado misionero se ha consolidado como una realidad bien organizada, ofreciendo a decenas de jóvenes la oportunidad de implicarse en otros lugares a través de una acción extensa de voluntariado. Replicar este esquema y poder ofrecer una acción voluntaria a los y las jóvenes en otros lugares de España, e incluso en Europa, es un desafío que debemos asumir con determinación.
Las plataformas sociales hemos tendido a mirar demasiado hacia adentro, esperando a que los voluntarios llegaran, en ocasiones, como «caídos del cielo». Necesitamos diseñar una campaña de captación que permita a las personas conocernos y tener la oportunidad de sumarse a nuestra labor. Mejorar la forma de darnos a conocer y de dar a conocer el voluntariado es esencial. Además, es necesario un cambio de perspectiva: entender que el voluntariado no es solo una ayuda para las entidades, sino un ámbito de intervención en el que se atiende y se cuida a la persona. Este enfoque implica inversión y compromiso.
Por último, pero no por ello menos importante, debemos trabajar para que los chicos y chicas, tras su paso por las plataformas, se conviertan a su vez en agentes de cambio. Que puedan implicarse de manera positiva, ayudando a otros jóvenes dentro de la vida de las plataformas sociales, es un objetivo clave que refuerza el impacto transformador de nuestra labor.
Uno de los grandes desafíos es adaptar los planes de voluntariado a las necesidades actuales, con un enfoque más integral y pastoral. Esto implica homogeneizar y actualizar la formación del voluntariado, asegurando el cumplimiento de la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia (LOPIVI) y utilizando herramientas digitales que faciliten el acceso a la formación.
Además, es necesario fortalecer la integración entre personas voluntarias y los equipos profesionales, promoviendo un ambiente de colaboración y respeto mutuo. Esto implica reflexionar sobre el valor del voluntariado en el contexto actual y su papel en la misión de las entidades salesianas. También es fundamental fomentar la participación del voluntariado en la toma de decisiones y en los órganos de gestión, patronatos y dirección, reconociendo su importancia en la vida de las entidades.
El Voluntariado como Espacio de Intervención y Cuidado
Es fundamental cambiar la perspectiva sobre el voluntariado, entendiéndolo no solo como una ayuda a las entidades, sino como un espacio de intervención en el que se atiende y se cuida a la persona. Esto implica invertir en la formación y el acompañamiento de las personas voluntarias, reconociendo su labor como un ámbito de crecimiento personal y espiritual.
Fortalecer el Voluntariado para Construir una Sociedad más Justa
Abordar estos retos permitirá a las entidades salesianas fortalecer el voluntariado, consolidándolo como un pilar fundamental en el cumplimiento de su misión y en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Es fundamental fomentar la investigación y la difusión de buenas prácticas en el ámbito del voluntariado, para impulsar su desarrollo y fortalecer su impacto.
Estamos en un tiempo favorable, en el que el papel del voluntariado se ha ido afianzando en la intervención y sensibilización social. Sin embargo, es necesario seguir trabajando para adaptar nuestras estructuras y estrategias a las necesidades actuales, asegurando que el voluntariado siga siendo una fuerza transformadora en las entidades salesianas y en la sociedad en general.