Queridos lectores y lectoras de «En la Calle»,
No hace falta ser un visionario para constatar que el mundo que habitamos hoy es muy diferente del de ayer, y con certeza, todo apunta a que nos iremos alejando del de mañana. Llevamos tiempo escuchando voces que señalan la creciente desesperanza en los jóvenes, nacidos y criados en la incertidumbre de una crisis global, bajo la sombra amenazante del cambio climático y una latente guerra comercial, acuciados por la dificultad de acceder a vivienda y empleo digno.
En este editorial, no buscaremos definir la esperanza. Sería lo más sencillo, pero varios de los artículos que componen este número se encargarán de hacerlo en profundidad. La reciente pandemia, con su carga de elementos negativos, ha resonado en reflexiones de autores como Chul Han, del que Jesús Rojano nos hablará en su artículo, o del propio Papa Francisco, quienes claman por la urgencia de la esperanza en este presente convulso.
Con esta premisa, nos hemos lanzado a construir el número 62 de En la Calle. No para seguir añadiendo negro en la oscuridad o sumar dramatismo a un panorama ya complejo, sino precisamente para lo contrario: para vivir la esperanza y demostrar que, a pesar de los cambios globales que nos zarandean, un futuro luminoso sigue siendo posible.
Abrimos este número con una reflexión de la comisión de la CEPSS sobre el voluntariado en las plataformas sociales. Es innegable que la pandemia ha supuesto un retroceso en el número de personas voluntarias, pero al mirar hacia adelante con optimismo, los datos nos hablan de un renovado impulso y de una transformación en las formas de participación, nos ponemos manos a la obra y ya tenemos delimitados los retos. Reflejo de este cambio es el texto que ofrecemos desde la sección “en la calle” donde hemos juntado a un grupo de voluntarias de la ONGD Madre Selva para reflexionar sobre el voluntariado juvenil como motor de cambio y el impacto del voluntariado internacional en la vida de jóvenes y comunidades. Nos disponemos a analizar este fenómeno y a discernir cómo podemos contribuir a fortalecerlo.
En nuestra sección «Profundizando», Jesús Rojano nos ofrece las claves por las que el Papa Francisco ha declarado el 2025 como Año de la Esperanza, invitándonos a dirigir nuestra mirada al futuro con renovada ilusión.
“Una mirada al mundo” nos traslada a Yaundé, la capital de Camerún, donde un nuevo hogar salesiano ha abierto sus puertas a adolescentes y jóvenes que vivían en la calle. Con él, una posibilidad que antes parecía un sueño lejano se materializa: la oportunidad de empezar de nuevo.
La sección «en Iglesia» nos presenta un texto llegado desde Canarias que aborda el crucial papel de la Iglesia en un contexto marcado por las tensiones derivadas de la inmigración. Otro faro de esperanza lo encontramos en la oferta de Grado Básico de FP que Salesianos y Salesianas brindan a jóvenes que no encontraron su lugar en la educación secundaria. En los talleres, con una pedagogía alternativa, descubren su valía y vislumbran un futuro prometedor. En esta ocasión, nos acercamos a la experiencia de Salesianas de Plaza Castilla.
Tras el paso devastador de la DANA, «Revista en la Calle» se acerca a la realidad desde la perspectiva de los voluntarios. Meses después, Francisco Javier Fenoll Puchades, Director del Centro Vicuña de la Fundación Mª Auxiliadora Torrent, nos regala un texto impregnado de humanidad que nos impulsa a mirar hacia adelante con confianza.
La sección «proyectos sociales» nos lleva esta vez a la Fundación JuanSoñador y su proyecto Malaikas (que en suahili significa «reinas»). Esta iniciativa ejemplar trabaja por la igualdad, la prevención de la violencia de género y la intervención con mujeres migrantes adultas en situación de vulnerabilidad social.
Cerramos este número con dos materiales igualmente valiosos. Desde «Déjame que te cuente», compartimos un pequeño relato que bien podría iluminar los buenos días o buenas noches en nuestros centros educativos o inspirar cualquier reunión de equipo, una bocanada de positividad para iniciar la jornada. Y presentamos la segunda entrega de «Semillas de Derechos», un proyecto colectivo que combina ilustración y texto, presentado recientemente en nuestra sede en la Casa Don Bosco en Madrid.
Hemos concebido este número con la firme intención de que sea un ejercicio de optimismo, y la mayoría de los textos así lo demuestran. La portada busca reflejar esta misma línea: frente al miedo que se nos intenta inculcar, medido en cuerpos con kits de emergencia y señales de una posible guerra, la vela que nos alumbra reside en la capacidad de cada uno de nosotros para construir, frente a la oscuridad de las pantallas que, en lugar de acercarnos a la realidad, a menudo la empequeñecen. Así lo he querido plasmar en el dibujo de portada, que espero sea algo más que un elemento estético, sino también un motivo de reflexión sobre qué hacemos hoy para que el mundo conserve esa luz de esperanza que es la vida compartida.
Un abrazo en este 2025, Año de la Esperanza.
Jota Llorente