«Nos ha ayudado mucho el teatro. No es una fuga, una pérdida de tiempo, una diversión tonta, vacía, inútil sino una nueva forma de estar juntos, de descubrir en nosotros las leyes de la comunión, decir a los demás nuestra alegría recuperada de vivir: a los niños, sobre todo, que hemos acercado incluso en países lejanos; a los ancianos, que hemos sentido tan cerca en la simplicidad de estar “jugando a los payasos” con nosotros; a todos los que hemos conocido por las plazas, en los gimnasios, en el barrio. Barabba’s Clowns se ha convertido en una forma de vivir, porque el payaso tiene una espiritualidad suya que, vivida profundamente, nadie puede sofocar, porque el payaso es un hombre libre, verdadero, capaz de estar con los demás en los pequeños y grandes hechos de la cotidianidad».
Así rezaba el manifiesto de 1980 de los “Barabba´s Clown” y que a día de hoy sigue inspirando la iniciativa de la que vamos a hablar. Este grupo nace en el Centro Salesiano “Domenico Savio” en la localidad italiana de Árese allá por el año 1979 donde acogía a jóvenes “de la calle” o pequeños “barabba” que eran descartados por gran parte de la sociedad. Hace más de cuarenta años pudieron constatar, al igual que Don Bosco, que más allá del aspecto lúdico, el teatro y las artes escénicas son un privilegiado medio educativo, pedagógico y terapéutico para cualquier joven y especialmente para los “barabba”.
El legado continúa en España
Las sonrisas recuperadas de los “Barabba´s Clown” llegaron a España con Máximo, en momentos como los veranos del Campamento “Los Primeros”, contagiando el interés por esta forma de abordar la intervención educativa con jóvenes en situación de dificultad. Con la celebración del Bicentenario del nacimiento de Don Bosco confluyeron en Córdoba estos aires italianos y dos personas clave para el nacimiento de los que serían los “Buzzetti´s Clown”, José Luis Aguirre alias “Pepelu” y José Ramón Alcalá:
- Pepelu, salesiano de “pura cepa” siempre al lado de los “primeros de Dios” que venía destinado a Córdoba procedente de Jaén, donde había ya se había producido el hito de los “Favi´s Clown”. Parte del equipo de la Fundación Don Bosco en esta localidad se enfundó el traje y nariz de payaso para conseguir medios que sufragaran aquello a lo que nadie llegaba en ese momento, casas para jóvenes que alcanzaban la mayoría de edad y estaban en situación de sinhogarismo. Esto supondría el germen de lo que ahora es el Programa de Emancipación Juvenil “Buzzetti” en la Fundación Don Bosco. En 2023 se contaba con veinte pisos de autonomía y se había atendido a más de 180 jóvenes en el ámbito residencial.
- José Ramón Alcalá, salesiano cooperador, Superman del humor y “killer” en la velada salesiana, que se sacó de la chistera el “200 Show Don Bosco” en 2015 para celebrar los doscientos años del nacimiento de Don Bosco. Esta caravana de arte y espiritualidad salesiana recorrió en gira numerosas ciudades con un fin solidario y llegó a Córdoba allá por mayo de 2015.
En el aterrizaje de la iniciativa a la ciudad —que era una propuesta viva en su recorrido— surge la idea de preparar algún número sencillo con jóvenes del Programa “Buzzetti” de Córdoba. Los jóvenes eran procedentes de países muy diferentes como Marruecos, Argelia, Rumanía o Ghana, que se encontraban residiendo en alguno de los pisos de autonomía. Al principio, hubo dudas sobre la respuesta que podríamos recibir por parte de los jóvenes. Ninguno de ellos había tenido experiencia previa en este mundillo y teníamos dudas de si nos iban a mandar al “carajo” cuando les dijéramos a un grupo de adolescentes que se pusieran un traje rojo el estilo “Miliki” y se pintaran la cara para salir a actuar delante de trescientas personas. Los jóvenes respondieron con creces al reto propuesto y nos volvieron a sorprender, como siempre hacen, convirtiéndo este momento en el nacimiento de los “Buzzetti´s Clown”.
Claves del éxito
Cuando nos han preguntado a veces algunos compañeros educadores de otras entidades y localidades, sobre cuál ha sido el secreto para que se hayan implicado desde entonces unos sesenta jóvenes a lo largo de estos años en la iniciativa, tal vez podamos identificar dos claves:
- La primera es que sus educadores estaban implicados en primera línea, cada uno en lo que podía, dejando la formalidad de ciertos espacios y roles habituales para igualarnos en un escenario. Si les pedimos a los jóvenes que se impliquen y crean en algo que nosotros estamos viendo desde el burladero, difícilmente tendrá éxito.
- La segunda clave que podemos identificar ha sido el contagio entre iguales. Esto ha supuesto que, aunque no quede ninguno de los jóvenes del grupo original al estar ya todos en otras etapas de su vida, la correa de transmisión no se haya roto durante estos años. Ellos fueron capaces de convertir lo extraordinario en algo natural con el paso de los meses hasta llegar a normalizarlo. Los que iban llegando se iban empapando de la ilusión de los que estaban y habían descubierto su propio clown, así hasta hoy. Algunos de esos primeros payasos siguen recordando con cariño y orgullo esas primeras actuaciones cuando nos seguimos encontrando y ven algunas de las fotografías que tenemos en el Centro Social “Don Bosco”.
A la primera actuación en Córdoba le siguieron muchas otras en diferentes espacios y ciudades como Valencia, Madrid, Tenerife, Palma del Río, Granada, Sevilla, Pozoblanco… Llevando el espíritu del original “Show Don Bosco” en los años venideros a muchas personas más tras estos nueve años de andadura. Casi sin buscarlo, se fue consolidando esta iniciativa de la Fundación Don Bosco, que ha sido un regalo y una parte de su historia en estos 25 años de vida que estamos celebrando ahora.
Las actuaciones han realizado a la vez una labor de sensibilización y reflexión sobre los prejuicios y estereotipos a los que se les asocia en ocasiones a los jóvenes que conforman el grupo. Una de las actuaciones más recordadas y emotivas de estos años fue en el Centro Penitenciario de Córdoba, donde actuamos para los reclusos. En el público estaba un chico que pasó por el grupo y estaba allí cumpliendo condena. Con los permisos oportunos, pudo participar también de la actuación de ese día como un payaso más y recordando otras épocas de libertad. Al finalizar la actuación, y para no dejarnos llevar por la tristeza al tener que dejarlo allí, bromeamos sobre si tal vez iba a ser posible sacarlo a escondidas metido en el cubo donde guardamos el material o camuflado con el maquillaje y el traje puesto junto al resto de payasos.
Impacto y reconocimiento
“Buzzetti´s Clowns” ha ido madurando a lo largo de estos años manteniendo el espíritu de la mano de sus “Barabba” y “Favi”. Actualmente el grupo trabaja dos horas semanales de manera continuada en el Centro Social “Don Bosco” preparando varias propuestas, con un grupo de jóvenes de la Fundación Don Bosco que están desarrollando de manera integral un itinerario de emancipación muy enfocado a la inserción sociolaboral.
Este grupo se ha convertido en una oportunidad para que puedan realizar un proceso de transformación personal, enriqueciendo sus itinerarios de inserción sociolaboral y de emancipación con herramientas de las artes escénicas, que van evolucionando y no han perdido un ápice de vigencia hoy. El equipo educativo ha constatado de primera mano cómo va favoreciendo de manera exponencial y progresiva las habilidades comunicativas, la confianza en sí mismos, la creatividad, la implicación social y su dimensión solidaria. El proyecto también continúa creciendo, abriéndose y tejiendo redes con entidades locales como el Teatro Avanti y la Asociación “Mojo de Caña”, colaboraciones que han permitido dar un salto en profundidad, estabilidad y profesionalidad al proyecto desde septiembre del pasado año.
La población juvenil participante en el grupo actualmente es diversa, chicas y chicos en situación de vulnerabilidad, procedentes de España y otros países como Marruecos o Guinea, que se encuentran con dificultades en su proceso de emancipación al cumplir la mayoría de edad y abandonar el Centro de Protección de Menores en el que se encontraban bajo tutela de la Administración. Otra realidad que está presente es la de jóvenes en situación de soledad procedentes de otros países y que al llegar a España siendo mayores de edad, han quedado excluidos de todos los recursos para personas jóvenes extuteladas y reciben un trato muy desfavorable por parte de la actual Ley de Extranjería, situación que le aboca a la pobreza y exclusión, negándoles oportunidades de formación, empleo o vivienda en nuestro país. Para estos jóvenes, y para los educadores que participamos también hay que decirlo, el momento del grupo es realmente terapéutico. Les ayuda a sanar y a reforzar aquellos elementos de resiliencia que les permite continuar sin rendirse en un proceso difícil, a mantener la esperanza puesta en su futuro hasta que esos muros que parecen infranqueables hoy comiencen a resquebrajarse mañana. Si el clown es rebeldía, transparencia, espontaneidad, inconformismo, inteligencia y algo de chulería, tenemos la mejor cantera, sin duda.
Aspiramos con ilusión a que esta propuesta pueda seguir creciendo y acompañando en el futuro a más jóvenes “barabba”, para sentirse queridos y aplaudidos tanto subidos a un escenario como fuera de este, protagonistas de un sketch, pero también de su vida y de su historia. Que, vivenciando el carisma salesiano a través del arte, llevemos mucho circo social y mucho clown a donde no llega hoy, a los rincones donde más se necesitan y más falta hacen en nuestra sociedad.