Nuestro nombre es Alboan y somos la ONG jesuita de Cooperación Internacional en Euskadi y Navarra. Trabajamos por la construcción y el acompañamiento de una ciudadanía que promueva la justicia global con foco en educación transformadora; protección y acogida a las personas migrantes y refugiadas; justicia socioambiental; equidad de género; y participación para la incidencia y el cambio social necesario. Después de casi tres décadas de camino seguimos aspirando a transformar las estructuras generadoras de exclusión a nivel local y global, y a promover nuevas relaciones sociales y económicas, más justas e inclusivas. En definitiva, queremos aglutinar, canalizar, sumar fuerzas de personas y colectivos alrededor de una misma misión: construir un mundo en el que el Desarrollo Humano, la Justicia y la Vida Digna estén al alcance de todas las personas. Para abordar este reto, desde Alboan procuramos un diálogo continuo de intercambio y enriquecimiento mutuo entre nuestra sociedad y sociedades civiles de Asia, África y América Latina.
Es un diálogo que implica acompañamiento. Estamos al lado, junto a —alboan en euskera— quienes sufren una mayor vulnerabilidad. Como los pueblos Adivasi y población Dalit de India; las mujeres víctima de diversas violencias en sus procesos migratorios o aquellas defensoras de la naturaleza; y, a través del Servicio Jesuita a Refugiados, las miles y miles de personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares huyendo de la guerra, la miseria y la desesperanza. Nuestra misión pasa por construir condiciones de vida digna: crear oportunidades para ganarse la vida; ofrecer acceso a una educación de calidad; trabajar por la paz y la reconciliación; y abrir espacios para que los grupos más vulnerables se organicen, expresen sus demandas, e incidan en las políticas que les afectan. Y en nuestro ámbito territorial abrimos cauces para la participación, y para crear una cultura de la solidaridad y el compromiso activo. Para ello, trabajamos codo con codo —alboan— con centros educativos, grupos de jóvenes, educadoras y educadores, y otras asociaciones locales. En 2022 llevamos a cabo 205 proyectos de cooperación y acompañamos a 90 organizaciones en 24 países para que 532.000 personas mejoraran su situación personal y comunitaria de manera directa y más de 3.500.000 de manera indirecta. 163 centros educativos y más de 8.000 educadoras y educadores utilizaron nuestras propuestas educativas. 621.000 personas visitaron nuestras webs y plataformas y 55.000 ciberactivistas participaron en nuestras redes sociales. Como parte de la Compañía de Jesús, Alboan entronca con la misión de estar al servicio de la Fe para promover la Justicia Social. Recoge la tradición misionera jesuita, con sus orígenes en Francisco Javier, con la asunción de la Misión de Gujerat, Secretariado de Extremo Oriente, y Fe y Alegría. Y se proyecta al futuro como proyecto humanista y de humanidad, el proyecto de Ignacio de Loyola, Pedro Arrupe…
Diálogo local y global
Martín Iriberri, Director general de Alboan
«Hay palabras y hay personas que me han inspirado mucho a la hora de plantear las dimensiones y criterios de mi participación social, y para iluminar también, junto con otras muchas personas voluntarias en Alboan, nuestra organización como ciudadanía crítica que intenta transformar con criterios de justicia que hoy es justicia socioambiental y justicia de género.
Algunas de esas palabras tienen que ver con las personas pequeñas en lugares pequeños haciendo cosas pequeñas de Galeano… Y otras tienen que ver con lugares del mundo como El Salvador y personas como Ellacuría, o con Colombia y Pacho De Roux. Ellacuría nos habló desde el intento de reconciliación nacional de las mayorías excluidas como lugar o de la realidad real como criterio. Y mi compañera del Programa por la Paz, Carmenza Muñoz, años después decía en medio de las violencias en Colombia, a quien quisiera escucharle, que la participación social en la resolución del conflicto tenía que contener tanta denuncia y tanto anuncio como las de aquellas campesinas y campesinos atrapados por la violencia de una y otra parte.
Desde estos criterios de las personas excluidas como centro y como realidad, y de la participación social como denuncia, pero también y necesariamente como anuncio, vamos acompañando desde Alboan, junto a otras muchas organizaciones e iniciativas sociales, esa transformación a veces silenciosa, a veces conflictiva y compleja, y siempre participativa y nunca individual o solitaria. Hace más de 25 años que nacieron las organizaciones de cooperación internacional, las ONG, y desde entonces hemos sido protagonistas y parte del proceso de transformación social. Otras palabras que expresan este compromiso son las de “otro mundo posible” que yo suelo traducir por otro mundo no solo posible sino “también necesario”.
Quizás ONGD como Alboan hemos aportado el acento del sur, o del sur global, a la construcción de nuestras demandas de ciudadanía local aquí en nuestro entorno cercano. Los techos de cristal de la equidad de género, el reconocimiento de los bienes de la tierra como regalos comunitarios y no como recursos privatizables, la participación social en diversidad que requiere ejercitar de maneras diferentes los mismo derechos y deberes o la solidaridad intergeneracional, ya rota desde hace años, son la oportunidad de dialogar no sólo interna o localmente, sino en un diálogo “global” de procesos emancipadores.
Estas miradas desde las causas justas globales nos permiten situarnos en el centro de nuestra responsabilidad, pero no en el centro de nuestro pequeño universo. Tenemos que aprender a leer los ODS con criterios de universalidad. Y son ellas, las personas protagonistas de las causas justas en las fronteras de nuestro mundo, las que a través de Alboan y otras organizaciones de cooperación internacional tenemos la oportunidad de escuchar. Y son estas voces las que hacen de nuestro territorio un espacio de debate y de construcción de ciudadanía más integro, más local, pero también más universal.»