Toñi Moriana Aurioles – Fundación Don Bosco.
Izabela Zych, es profesora titular del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba e investigadora visitante en el Instituto de Criminología de la Universidad de Cambridge. Es miembro del Laboratorio de Estudios sobre Convivencia y Prevención de la Violencia-LAECOVI de la Universidad de Córdoba e investigadora afiliada del grupo de investigación Violence Research Centre en la Universidad de Cambridge. Miembro del Consejo Asesor de Ciencia, Tecnología e Innovación (CACTI) del Ministerio de Ciencia e Innovación. Directora de diversos proyectos de investigación centrados en la prevención de la violencia cara a cara y en el ciberespacio financiados por organismos nacionales e internacionales. Sus líneas de investigación se centran en la prevención de la violencia y conducta antisocial cara a cara y en la red a lo largo del desarrollo de las personas, sobre todo en adolescentes. Autora de más de 100 publicaciones centradas en estos temas.
¿CÓMO DESCRIBIRÍAS LA EVOLUCIÓN DE LA SOCIALIZACIÓN Y COMUNICACIÓN ENTRE LAS PERSONAS JÓVENES EN LOS ÚLTIMOS AÑOS?
Las relaciones interpersonales siguen siendo absolutamente cruciales para todas las personas. Durante la adolescencia, cobran especial relevancia las relaciones de iguales. Es también entonces cuando empiezan las primeras relaciones de pareja que, en muchas ocasiones, surgen en el contexto de las relaciones de iguales. En los últimos años se ha visto una evolución de estas relaciones, pues hoy en día no solo se llevan a cabo en situaciones cara a cara, sino una parte de las mismas se ha trasladado al ciberespacio.
¿QUÉ PAPEL TIENEN LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Y LAS REDES SOCIALES?
La mayoría de los jóvenes se relaciona, hoy en día, en persona y a través de la red. En muchas ocasiones, esto ocurre de manera dinámica y simultánea, pues es común que un adolescente esté relacionándose cara a cara —tomando un café con una persona— y, a su vez, “un poco en el ciberespacio” —hablando a la vez con otra persona a través de la red—. Las relaciones interpersonales no se ven, por tanto, limitadas por la dimensión espacio-temporal, pues se puede interactuar 24 horas al día, siete días a la semana, con personas que se encuentran cerca, pero también con otras que están a miles de kilómetros de distancia. Esta nueva forma de relacionarse tiene grandes ventajas —muchas se pusieron de manifiesto durante la pandemia, por ejemplo—, pero también inconvenientes, pues el ciberespacio es ahora un escenario tanto de la interacción prosocial como de la interacción antisocial.
¿EXISTE MAYOR TOXICIDAD EN LAS RELACIONES ENTRE JÓVENES EN LA ACTUALIDAD?
En realidad, no tenemos suficientes estudios para poder afirmar si existe un cambio en la toxicidad en las relaciones a lo largo del tiempo. Para ello, habría que realizar estudios con un gran número de participantes durante muchos años, siempre con la misma metodología e instrumentos. Lo que sí sabemos es que la adolescencia es una etapa en la que el grupo de iguales toma un protagonismo muy especial. Las relaciones de iguales sanas se caracterizan por la existencia de valores como solidaridad, inclusión, diálogo, ayuda mutua entre otros. Desgraciadamente, también existen grupos de iguales basados en contravalores, donde pueden observarse diversos tipos de violencia y conducta antisocial cara a cara y en la red. Dentro de estos grupos de iguales aparecen también las primeras relaciones de pareja adolescente y estas relaciones también pueden basarse en valores o en contravalores. La mayoría de nuestros jóvenes establece unas relaciones de amistad y pareja sanas y preciosas. A su vez, es fundamental ayudar a las personas involucradas en diferentes problemas de conducta, incluyendo las que son victimizadas, las que ejercen la violencia y otras personas de su entorno, sobre todo el grupo de iguales. En la actualidad, es fundamental hacerlo teniendo en cuenta las dinámicas relacionales que surgen en situaciones cara a cara y las que ocurren en la red.
¿CÓMO IDENTIFICAR LA LLAMADA DEPENDENCIA EMOCIONAL A TRAVÉS DE EJEMPLOS? La dependencia emocional es uno de los problemas que ha tomado una nueva dimensión con el auge de las tecnologías. Esa dependencia ocurre cuando una persona intenta satisfacer sus necesidades emocionales con otras personas de manera exagerada que llega a parecerse a una adicción. Ejemplos de ello pueden ser dejarlo todo por la pareja, sentir que la vida sin la pareja no tendría sentido o no querer separarse de ella. Esta dependencia emocional a menudo conlleva un intento de controlar lo que hace la pareja y las tecnologías hacen que ese intento pueda llevarse a cabo constantemente, incluso cuando no es posible hacerlo cara a cara.
¿QUÉ OTROS PROBLEMAS SE HAN DESCRITO EN LAS RELACIONES ADOLESCENTES? Aunque la mayoría de las relaciones adolescentes sea sana y prosocial, se han descrito diversos problemas que pueden surgir en situaciones cara a cara y en la red. Entre ellos, diversos tipos de violencia, incluyendo el bullying, el cyberbullying o la violencia de pareja adolescente en encuentros en vivo y en la red son especialmente problemáticas. Igualmente, existe mucha preocupación por diversos tipos de violencia racista y discriminatoria, incluyendo el discurso de odio cara a cara y el llamado ciberodio.
¿CÓMO RECUPERAR EL CONTROL EN ESTAS SITUACIONES?
Se trata de problemas complejos que requieren de soluciones complejas que sean sistémicas y ecológicas. Primero, es necesario hacer un buen diagnóstico del problema y comprenderlo en todas sus dimensiones. Después, es fundamental actuar. En la mayoría de estos problemas, hay que centrarse en diversas variables individuales —problemas de salud mental, competencias socioemocionales, autoestima—, relacionales — problemas de pareja, comunicación, violencia—, del grupo de iguales —valores y normas grupales—, escolares —convivencia escolar—, familiares — supervisión del adolescente por parte de los padres— y sociales en general —problemas en el barrio, normas sociales—.
¿NOS AYUDAS A IDENTIFICAR ALGUNOS FACTORES PROTECTORES QUE PODRÍAMOS ACTIVAR Y FACTORES DE RIESGO A EVITAR?
Aunque los factores protectores dependen de cada persona y de cada problema, existen algunos factores que suelen ser compartidos por muchas conductas problema. A nivel individual, es fundamental cuidar la salud mental de nuestros jóvenes y buscar ayuda profesional ante problemas como la depresión o la ansiedad. Igualmente, conviene fomentar las competencias socioemocionales, incluyendo la gestión emocional, la empatía, las habilidades sociales y la conducta prosocial. También es fundamental promover la competencia moral. Es importante controlar el uso de las tecnologías para que no llegue a ser excesivo o abusivo. A nivel de iguales, hay que fomentar dinámicas de grupo donde los problemas se resuelven a través del diálogo, existe la solidaridad y se rechaza toda la violencia. En la escuela, hay que crear la convivencia, con buenas relaciones entre todos los miembros de la comunidad escolar, incluyendo las que se establecen entre el alumnado, alumnado-profesorado y familiaescuela. La escuela también debe prestar atención a la seguridad de su alumnado, incluyendo los temas relacionados con la ciberconducta. Es fundamental el apoyo a la familia, el fomento de buenas relaciones entre sus miembros y unas prácticas parentales democráticas, incluyendo la confianza, el afecto y la supervisión parental no intrusiva. Finalmente, es importante mejorar ciertos aspectos del contexto más lejano, incluyendo los problemas que ocurren en el barrio, algunas ideas equivocadas que existen en la sociedad, la pobreza y la desigualdad, entre otros.