Desde el mes de febrero 19 jóvenes de las obras sociales salesianas de todo el mundo, han sido acompañados en un proceso compartido. El objetivo era poder llevar al Congreso Mundial de Obras y Servicios Sociales celebrado en Turín del 28 de septiembre al 2 de octubre la voz legitimada de los jóvenes y las jóvenes de este ambiente preferencial.
Durante meses han compartido sus sueños; han analizado las necesidades desde la diversidad de sus territorios y han planteado propuestas de mejora a la Congregación Salesiana.
Todo lo trabajado se ha materializado en un documento que sintetiza las conclusiones y ha sido compartido con la asamblea del Congreso.
Tras conocerse en Turín y compartir sus visiones, emociones y propuestas, han elaborado conjuntamente un manifiesto donde recogen aquellos puntos fundamentales que sienten que la Congregación tiene que priorizar. Plantearon de forma contundente la absoluta priorización de la escucha de los jóvenes y las jóvenes.
A continuación, compartimos el contenido planteado, poniendo el gran valor de un acuerdo de jóvenes destinatarios y destinatarias de Obras Sociales, con cinco idiomas diferentes, cuatro continentes, gran diversidad que a una sola voz nos dicen:
- Promover la educación sociocultural mediante el deporte y el arte en las obras sociales salesianas.
- Crear sinergias con organismos locales, regionales y estatales para garantizar la escucha y el acompañamiento de los jóvenes.
- Compromiso para abordar las situaciones de drogodependencia y nuevas adicciones de forma más especializada.
- Crear modelos de intervención a partir del análisis de las realidades locales.
- Responder a las necesidades básicas desde un enfoque de derechos y dignidad.
- Valorar e incluir a los jóvenes contribuyendo en las decisiones y programas de liderazgo juvenil para trabajar sus proyectos de vida.
- Combatir problemas estructurales y sistémicos promoviendo un cuidado integral e interseccional.
- Desarrollo de políticas para la migración y protección internacional, junto a la renovación de la formación profesional.
- Crear una atmosfera de amor que respete a los jóvenes y les haga sonreír.
- Prevenir que los jóvenes con problemas con la ley, no vuelvan a entornos privados de libertad.