El juego del calamar, ¿cuánto vale una vida humana?

26 de enero de 2022
Una reflexión sobre la serie surcoreana 'El juego del calamar', escrita por Jota Llorente, director de la Revista 'En la calle'.

JotaLlorente. Salesiano, educador social y director de la revista En la Calle.

Cartel del Juego del Calamar

Ficha

  • Protagonizada por: Lee Jung-jae,Park Hae-soo,Wi Ha-jun
  • Creada por: Hwang Dong-hyuk
  • Compositor: Jung Jae-il
  • País de origen: Corea del Sur
  • N.º de temporadas: 1
  • N.º de episodios: 9
  • Duración: 32–63 minutos
  • Plataforma: Netflix
  • Año: 2021

Sinopsis

La serie narra la historia de un grupo de personas sin recursos que arriesgan sus vidas en una misteriosa competición de supervivencia, basada en juegos infantiles. El objetivo es conseguir un premio de 45.600 millones de wones (moneda de Corea del Sur).

Si a estas alturas no sabes lo que es El juego del calamar es que estás bastante desactualizado en lo que se refiere al mundo audiovisual. Por si acaso te hago una pequeña introducción. El 17 septiembre de 2021 se estrena en Netflix una serie coreana que en menos de un mes es capaz de convertirse en número 1 en casi todos los países donde opera la plataforma. El boca a boca —digital por supuesto, en redes sociales— y los miles de memes generados a partir de ella han hecho que se convierta en el producto estrella. La dinámica de la serie es sencilla, 456 jugadores deben sobrevivir a 5 juegos infantiles para conseguir un suculento premio.

Su creador, Hwang Dong-hyuk, nacido en Seúl, tardó más de una década en poder rodar la serie después de que fuera rechazada varias veces, hoy se convertido en el Rey Midas de la factoría audiovisual y no es de extrañar que esté negociando la segunda parte de la serie.

¿Qué hay detrás de la serie?

Algunos se preguntan qué puede haber detrás de una historia como esta para que llame tanto la atención. Es cierto que algunas de las interpretaciones de los actores son buenas y la estética, en alguna ocasión, es más que notable, pero no estamos hablando de una buena serie. Y no lo es. Lo que atrae de la serie es la capacidad de poner al ser humano en una situación límite para salvar su propia vida a costa de la vida de los demás. Es decir, convertirse en el depredador de depredadores, no es tan importante el premio como salvar la vida y para ello no hay reglas, no hay alianzas, no hay amistad, incluso la única relación sentimental que hay en toda la trama es puro sexo vacío, mero chantaje.

Resumiendo, estamos hablando de una historia en la que hay que eliminar al resto, matarlos. Para ello, los personajes van haciendo sus propias reflexiones morales en las que todo vale, la dignidad humana se ha perdido del todo. Pero detrás de esto hay una segunda pregunta mucho más profunda y es la que me lleva a escribir este texto ¿qué hace que personas que lo han perdido todo pierdan el respeto por la vida del otro? Pues precisamente eso, que lo han perdido todo, que no les queda nada.

Pero para entenderlo del todo hay que hablar también de los que organizan el juego. Unos hombres, varones todos, ricos y despiadados que se divierten viendo como los pobres mueren, porque la vida del pobre no vale. No tienen personalidad, son meros números —los concursantes se despiertan con un chándal y una camiseta con su número— y los ricos se esconden tras sus máscaras de lujo y sus pantallas. ¿Podrían haber usado el dinero que se gastan en el juego para ayudar a los 456 concursantes? Podrían haberlo hecho, por supuesto, pero para eso hace falta una cosa, empatía, y esta serie carece de eso por todos los lados. A excepción del jugador 456, que él solo merecería otro artículo.

Lee Jung-jae como Seong Gi-hun, protagonista de El juego del calamar

Un producto muy bien diseñado

El salto cultural que nos supone ver una historia de una sociedad como la coreana, el hecho de que los actores no sean conocidos, que los juegos propuestos tengan nombres diferentes y reglas distintas en otros lugares del mundo no ha impedido que la serie se convierta en un fenómeno de masas. Las referencias culturales y audiovisuales están por todos lados, lo que hace que el espectador se sienta cómodo. El modo de tratar el color, muy similar al de algunos videojuegos, los monos rojos muy parecidos a los de La casa de papel, la iconografía y señalética imperante en toda la serie, los laberintos de escaleras similares a los dibujados por Escher, …

Nada es nuevo en El juego del calamar, ni los juegos infantiles que son los de toda la vida. Todo se entiende a la primera y lo único que deseamos es verlos jugar. ¿jugar? Recuerdo que verlos jugar es verlos morir, luchar por su supervivencia. ¿Qué ha cambiado entonces del circo romano a Netflix? Algunos me dirán que exagero, que es ciencia ficción y que esto no sucederá en la realidad. Puede que sea cierto, pero también lo es que cada vez somos más individualistas, que cada vez nos importa menos el otro y que en una situación de crisis podríamos llegar a denunciar al otro por el mero hecho de salir a la calle sin mascarilla, ¿recuerdan aquellos tiempos de la pandemia? O, incluso, y esto es lo peor, despreciar al otro como mero número que viene a quitarnos lo que nos corresponde, ¿recuerdan cierta publicidad de un partido político sobre los MENAS? O, mucho más allá, el jugar con los que no tienen nada por el mero hecho de que son pobres y su vida está separada de las nuestras por una pantalla, ¿como la de los niños y niñas que sacan coltán para que nosotros podamos seguir disfrutando de la vida digital?

Tal vez exagero, sí, pero que una estética como la que dibujó George Orwell en 1947 con su magnífica obra 1984, triunfe en 2021 me hace pensar mucho. El juego del calamar no deja de ser una dictadura disfrazada de libertad sí, a los jugadores se les permite abandonar el juego si la mitad más uno se ponen de acuerdo— manejada por pantallas y voces amables, y guardianes y líderes sin rostro.

No es la única

El juego del calamar no es la única serie que habla de esta temática, otras la precedieron con menos fortuna. Seguramente también recuerdes Los juegos del hambre, lo cual demuestra que es una historia que siempre funcionará. Algunas son:

  • Alice in Borderland: Los participantes de este juego lo hacen por su propia supervivencia. Una serie muy gore y sangrienta.
  • Dulce hogar: Serie coreana en la que un adolescente y sus vecinos tratan de sobrevivir a humanos convertidos en depredadores.
  • 3%: En un futuro donde un grupo élite vive en el paraíso alejado de los abarrotados suburbios, solo el 3% de la población tiene oportunidad de salvarse de la miseria. Brasileña
  • Re:Mind: Once compañeras de clase despiertan sujetas a una mesa de banquete, completamente perplejas y temiendo por sus vidas. Japonesa.
  • Detention: Una alumna atormentada descubre secretos alarmantes en su apartada escuela cuando la traición y un encuentro paranormal le trastocan la vida”. China.

Como vemos ha habido otras series antes, ¿por qué ahora triunfa El juego del calamar? ¿Por qué al final de la pandemia? ¿No íbamos a salir mejores y más unidos al vernos amenazados como civilización? Al parecer no, la vida del pobre siempre valdrá menos y podrá ser usada como divertimento de los que están por encima.

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