Una entrevista de Toñi Moriana, Directora Territorial de Fundación Don Bosco, a Viviana Villamarín Martínez, de Paro Internacional de Mujeres Cartagena.
Nos pusimos en contacto con Viviana Villamarín Martínez, una joven activista feminista, de Paro Internacional de Mujeres Cartagena, una entidad que hace un par de años comenzó su lucha en favor de la dignidad de todas las personas.
Le dimos unas cuantas preguntas con libertad para ampliar, modificar, incluir… todo para que expresara su acción y la del grupo. Tienen tanto que expresar, que de acuerdo con ella hemos tenido que resumir y destacar lo más importante por imperativo del límite de hojas.
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Paro Internacional de Mujeres, ¿qué es?
Paro Internacional de Mujeres Cartagena es un espacio que pretende aglutinar a todas aquellas personas feministas, así como colectivos y organizaciones, con inquietud por denunciar las situaciones que produzcan cualquier tipo de desigualdad humana, y aportar su grano de arena para cambiar el actual sistema heteropatriarcal mediante la lucha feminista y social, que nos impide ser verdaderamente libres.
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¿Cómo surge en Cartagena?
“La solidaridad es nuestra arma”. “Si las mujeres paramos, el mundo se para”. “Si nuestras vidas y nuestros cuerpos no importan, produzcan sin nosotras”. Éstas fueron algunas de las consignas que llegaron desde nuestras hermanas del Sur global.
El grito de dolor de las mujeres argentinas despertó a “la manada” de este lado del mundo y con una campaña totalmente voluntaria, con recursos limitadísimos.
El 8 de marzo de 2017 nos plantábamos en la Plaza del Ayuntamiento de Cartagena a las 18h, éramos 70 u 80 personas. Sin apoyo ni difusión institucional y con menos de un mes para organizarlo, aquel PARO que surgió de un pequeño grupo, nos supo a victoria. Muchas de las compañeras que asistieron a ese primer PARO/ASAMBLEA DE MUJERES se implicaron en lo que sería en 2018 la mayor HUELGA FEMINISTA EN ESPAÑA. Sabíamos, sentíamos que aquello tenía algo diferente. El carácter internacionalista del movimiento nos hacía sentir arropadas, no estábamos solas, éramos millones de mujeres en el mundo. Se formaron grupos de PARO INTERNACIONAL DE MUJERES en casi todos los continentes, los más activos en América Latina y Europa, pero en Asia y África, también existen.
Las mujeres de PIM Cartagena, decidimos dividirnos en grupos de trabajo que coincidían con los Ejes de la Huelga: Laboral, Consumo, Cuidados y Estudiantil.
Desde el Eje Laboral se elaboró un taller que explicaba la realidad de las mujeres en el ámbito del trabajo: techo de cristal, precariedad en los trabajos a tiempo parcial, brecha salarial, pensiones de miseria y nuestros derechos desconocidos o ignorados por miedo.
El eje de cuidados fue el más difícil de explicar y materializar en esta huelga. Hablar de corresponsabilidad y poner en valor el trabajo de los cuidados y la vida, no estuvo exento de polémica, pero también nos dimos cuenta que las mujeres sabían el valor que tenían esos trabajos, entendían la importancia vital de sus jornadas interminables y de su gestión y organización en la vida de sus hijos o sus dependientes o de esa casa que de otra forma no seguiría en pie.
Y finalmente, trabajamos para concienciar a la ciudadanía de nuestro poder y responsabilidad a la hora de consumir. No podemos separar nuestras acciones de las condiciones de vida, tanto laborales como ambientales de muchas mujeres en el mundo. Las mujeres, los niños y las niñas son de, entre las afectadas y castigadas por las exigencias consumistas de Occidente y el daño al medioambiente al que van aparejadas estas costumbres y exigencias, las más vulnerables y afectadas.
Fueron meses intensos de “trabajo de hormiguita”. Llegamos al 8 de marzo dispuestas a disfrutar; a las 19h todo estaba preparado, juntas y con la misma proporción de nervios que de ilusión, dimos comienzo a la primera gran manifestación realizada en Cartagena por el Día Internacional de la Mujer, al grito de “SI NOSOTRAS PARAMOS, EL MUNDO SE PARA”, recorrimos las calles junto a más de 7.000 personas. Recordamos a las mujeres asesinadas, gritamos porque ellas ya no lo podrán hacer más y nos comprometimos a seguir luchando porque la consigna “NI UNA MENOS”, se haga realidad de una vez por todas.
“La manada somos nosotras” se podía leer en algunas pancartas, “Hermana yo sí te creo” en otras. Nunca más una mujer víctima de violación se sentirá sola, nosotras las creemos y queremos, nosotras exigimos ser libres y poder transitar por las calles sin miedo. Paramos porque cobramos menos por el mismo trabajo. Paramos porque nuestros cuidados ni se recompensan ni se reconocen. Paramos porque nuestra manera de consumir sustenta la explotación de mujeres en países en desarrollo y no queremos seguir siendo cómplices. Paramos porque las nuevas tecnologías se han convertido en instrumentos de control que anulan y someten a mujeres adolescentes. Paramos porque las políticas migratorias están convirtiendo nuestro Mediterráneo y otras vías migratorias, en enormes cementerios a cielo abierto. Necesitamos políticas feministas, de empatía, de sororidad para revertir esta cruel realidad. También hubo espacio para ésta reflexión durante nuestro acto de cierre.
Más de 7.000 almas nos reunimos en la Plaza del Ayuntamiento de Cartagena a la misma hora y bajo el mismo espíritu que las más de 5 millones en toda España. Realmente emocionante y único.
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¿Cuáles son vuestros objetivos?
Contribuir al fortalecimiento y consolidación del movimiento feminista y de mujeres en la comarca de Cartagena. Contribuir a la transformación de las instituciones del Estado para que asuman su responsabilidad en la superación de desigualdades entre mujeres y hombres para la construcción de una sociedad justa, democrática y equitativa. Construir un espacio con liderazgo feminista internacional incidiendo en lo local pensando en global. Trabajar en el cuestionamiento de los roles de género tradicionales que se construyen en la sociedad y han limitado la acción de las mujeres.
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Después del 8M, se dice que arranca un nuevo tiempo para las mujeres; de las mujeres. Pero, ¿ha cambiado algo?
Creo que lo que estamos viendo es una nueva ola que ha conseguido reconectar con nuestras antecesoras. Esta curiosidad por leer, por debatir y por entender qué es lo que está pasando, por qué seguimos sometidas a todo tipo de opresiones, a todo tipo de peligros, nos está haciendo tomar conciencia y darle un nuevo impulso a este movimiento social. Estoy de acuerdo en que es el tiempo de las mujeres, pero creo que debe quedar claro que esta nueva sociedad, este nuevo modelo de equidad que estamos planteando, incluye tanto a hombres como a mujeres, que lo que se pretende es que nadie se quede atrás.
Las consecuencias de este nuevo tiempo de mujeres son debates abiertos, la necesidad de hacer mucha pedagogía con respecto a las propuestas y consecuencias positivas de la lucha feminista y una sociedad a la que le cuesta cambiar por miedo a perder privilegios y certezas, pero ya no hay vuelta atrás. Ni las mujeres dejaremos de avanzar, nos va la vida en ello.
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Desigualdad entre hombres y mujeres se está produciendo hoy en día con más fuerza en los sectores de población más joven, ¿cuál es vuestra propuesta para cambiar esta tendencia?
EDUCACIÓN: la educación como herramienta contra todo tipo de violencias. No creemos que nuestra apuesta por la educación sea un brindis al sol, pensamos que la puesta en marcha de los programas de concienciación y educación afectivo-sexual contemplados en la Ley, serían una poderosa herramienta para revertir la deriva relacional que estamos viendo entre nuestros jóvenes.
COMUNICACIÓN Y REDES SOCIALES: las personas jóvenes se informan y se forman a través de los mensajes que lanzan los medios de comunicación y las redes sociales. Pensamos que es un despropósito que después de todos los estudios que existen sobre la incidencia en el imaginario colectivo de la publicidad, las películas, los juguetes, las series de televisión, los video juegos, etc., todos estos sigan conteniendo y afianzando roles sexistas y violentos.
LOS PADRES, LAS MADRES Y LAS FAMILIAS: viniendo de una nueva generación, más moderna, que está viendo y viviendo nuevos tiempos, la responsabilidad de formarnos en feminismo es una obligación para los padres y las madres que queremos criar hijas e hijos libres de machismo.
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En relación con la violencia de género, las leyes, los planes, las campañas de sensibilización no están dando resultados, ¿qué está fallando?
Los movimientos feministas llevan décadas de lucha y avances en materia de igualdad, la aprobación de leyes orgánicas para la igualdad efectiva de mujeres y hombres o para la protección integral contra LGTBIfobia y la discriminación por razón de orientación e identidad sexual y el llamado Pacto de Estado contra la Violencia de Género son ejemplos de estos avances. Pero la falta de financiación y de voluntad política para su puesta en marcha, sigue impidiendo que veamos los frutos de una educación llamada a sembrar la semilla del respeto a la diversidad y la igualdad entre hombres y mujeres.
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¿Cómo veis el futuro con relación al movimiento hacia la igualdad?
Como reto principal, y sin dejar de lado ese debate interno que puede y debe hacernos cambiar algunos postulados o redirigir algunos caminos, creo que llegar a la gente más joven y evitar desde la infancia la normalización de roles sexistas y violentos, es el reto más inmediato. Junto con conseguir que la violencia machista siga en la agenda política y arrancar no solo compromisos, sino financiación suficiente para poner en marcha las medidas previstas para protegernos, y evitar que otra mujer sea asesinada, y que las que decidan denunciar tengan el apoyo suficiente para salir del infierno y empezar una nueva vida.