Violencia ejercida por jóvenes

24 de julio de 2017
La violencia ejercida por jóvenes es una de las realidades más visibles de nuestra sociedad. Para mucha gente la situación es insostenible, acoso constante en las aulas, más intensa en la familia, agresividad en las relaciones de pareja, denuncias en comisarías, comportamientos agresivos, alarma social… y la repercusión muy destacada en los medios de comunicación. […]

La violencia ejercida por jóvenes es una de las realidades más visibles de nuestra sociedad. Para mucha gente la situación es insostenible, acoso constante en las aulas, más intensa en la familia, agresividad en las relaciones de pareja, denuncias en comisarías, comportamientos agresivos, alarma social… y la repercusión muy destacada en los medios de comunicación. Muchas veces se levantan voces pidiendo medidas más restrictivas y penales.

No nos debe preocupar si hay más violencia ahora que antes, si la violencia es física o psíquica, lo que sí nos debe preocupar es que existe un problema social grave en la sociedad, que se manifiesta de diversa manera en grupos juveniles, en las aulas o en las peleas callejeras… La cuestión no es controlar estas manifestaciones violentas, que, por supuesto, hay que intervenir, sino afrontar las causas que generan estas situaciones. Podemos afirmar con rotundidad que no hay ningún planteamiento que justifique cualquier acto de violencia.

Igualmente hay que superar la idea de que la violencia se ejerce por adolescentes o jóvenes de familias desestructuradas; la agresividad y los conflictos violentos se dan en chavales de familias “normales o bien”. Esto plantea qué tipo de educación están recibiendo.

Hay expertos que están reclamando ante las administraciones intervenciones educativas y de cambios de conducta en edades tempranas. Nuestra pedagogía salesiana insiste en la prevención como elemento educativo de primer orden frente a la agresividad de niños, adolescentes o jóvenes. No hay recetas, pero sí factores fundamentales para el desarrollo integral de los chavales: la familia, los profesores y las relaciones sociales. La labor educativa de la familia es la primera gran oportunidad para desarrollarnos; el trabajo educativo de los profesores fomentará el tejido social que el adolescente necesita para crecer; y las relaciones sociales, su ambiente y sus amigos, son de vital importancia en la vida del joven. Factores que por sí mismos ayudan, pero el trabajo conjunto ayudará al crecimiento integral y puede reducir la agresividad en los adolescentes.

Podríamos resaltar algunos otros aspectos, los diversos artículos de la revista ya nos informarán.

Juanjo Ruiz Husillos. Director de ‘En la calle’

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